Inevitables.
Hay cosas que, no hace falta buscarlas, aparecen solas.
Y es que en un momento, un simple momento, estás tan tranquila, en cualquier lugar, y miras a la derecha. A la izquierda, tal vez. Te das la vuelta. O simplemente viene de frente. Y te fijas en una postura, una mirada, una sonrisa, algo que queda congelado en tu mente.
Y ¡ zas ! ¡Ya ocurrió, otra vez, de nuevo, cuando menos te lo esperabas !
Tan matemático como una ecuación, tan abstracto como un Picasso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario